sábado, 25 de agosto de 2012

Teoría de los medios


Media Effects Research            

A Basic Overview


Glenn G. Sparks
Chapter 1


COMENTARIOS
MAY ZINDEL

1. Punto principal
En este capítulo titulado A Scientific Approach to the Study of Media Effects, Glenn Sparks nos lleva de la mano para mostrarnos cómo el estudio científico es diferente de las opiniones casuales explicando de una manera muy clara y directa los términos y los pasos necesarios que deben de ser considerados para  un estudio científico adecuado.

2. Otros puntos que destacan
2.1 Nos introduce a palabras claves y conceptos como: experiencia, empirismo, autoridad, ciencia, observación sistemática, metas de la ciencia, predicción, explicación, entendimiento, control, teoría, hipótesis, efecto de la fruta prohibida, teoría de la psicología reaccionaria, falsabilidad, verdad, actitud científica y actitud escéptica, entre otros, los cuales define y además aplica a ejemplos específicos para clarificar su significado en relación a un acercamiento científico en los estudios de medios.
2.2 En este capítulo, Sparks también discute el tema controversial de qué tan culpables son los medios  de los comportamientos violentos de las personas y propone analizar un conjunto de circunstancias más complejas en vez de solamente asumir que los medios son los únicos causantes del comportamiento violento en las personas.

3. Relevancia y aplicación actual
Este capítulo de Sparks puede ser relevante para el estudio de los medios en su relación directa con el texto de Mattelart y Neveu de Internacionalización y crisis de los estudios culturales pues su propuesta de seguir una línea de estudios científicos serios se podría aplicar precisamente para mejorar una causa que está ocasionando la crisis de los estudios culturales hoy en día debido al abandono de cientificidad y del rigor académico que han sido sustituídos por el subjetivismo de la experiencia y la interpretación idiosincrática. La opción que propone Sparks de una utilización correcta de las ciencias sociales podría ser aplicada para mejorar la crisis de los estudios culturales de la que hablan Mattelart y Neveu pues las ciencias sociales podrían ser tomadas por los investigadores como herramientas de investigación para llevar a cabo un estudio científico serio en vez de tomarlas como lo han hecho últimamente, como objetos de exégesis rodeados de experiencias personales.


sábado, 18 de agosto de 2012

Teoría de los medios

Introducción a los estudios culturales  Mattelart/Neveu



Del boom a la crisis.
Ambos autores Mattelart y Neveu presentan en este texto la evolución de los estudios culturales desde que se institucionalizaron en el mundo académico. Nos ofrecen una guía para comprender los cambios que ha sufrido la noción de cultura en las últimas décadas.

En oposición al modelo universitario tradicional inglés, surge en 1964 el CCCS (Center of Contemporary Cultural Studies) en la ciudad de Birmingham, fundado por Hoggart. Estos estudios en el Reino Unido fueron iniciados por los investigadores procedentes de una izquierda que originalmente buscaban un cambio social.
En un principio, debido a su ilegitimidad académica, los estudios culturales "(...) fueron confinados a los polytechnics (...)"(M/N P. 108), instituciones consideradas de segundo nivel pero como los autores mencionan más adelante en su texto, esto cambia radicalmente. En los años setenta existieron muchos cambios entre las disciplinas culturales. Un caso específico es el de la semiología, la cual se instala como ciencia relevante y diez años después desaparece. En los años 80 se institucionalizan los estudios culturales británicos y desde entonces se han expandido sin límite alguno. El auge de crecimiento inicial se debe principalmente según afirman los autores basándose en el estudio de un caso finlandés  a "(...) la aparición en los años sesenta de un nuevo público estudiantil que, gracias a la democratización de la universidad, son los primeros de su familia en poder acceder a esta institución." (M/N P. 109) Así, más adelante, los estudios culturales de los años ochenta se expanden y se convierten en objeto de exportación gracias a la producción prolífera de alto nivel de los investigadores británicos y de su lengua. El inglés tiene la ventaja de ser el idioma oficial para los intercambios académicos a nivel internacional. Aparecen nuevos temas como la etnicidad, el género, el comportamiento sexual, la identidad, las generaciones, la subjetividad,
En los noventas los estudios culturales se consolidan principalmente debido a la alta migración de investigadores universitarios principalmente a los Estados Unidos, ya que existía un déficit de contrataciones en las universidades británicas en donde se les daba preferencia laboral a los investigadores con más experiencia. Además, se empezaron a organizar coloquios internacionales. Así fue como se empezó a formar una red de estudios culturales y éstos empezaron a adquirir una mayor importancia dentro de las actividades económicas. Los estudios se expandieron a un sin fin de campos o industrias culturales como el de la creatividad, de transmisión y de exploración. Es en esta década que David Chaney afirma que "(...) la cultura ha dejado de ser un factor extraordinario de la vida social (ritos) para penetrar la carne de lo cotidiano." (M/N P. 111) Penetra en el campo del diseño, de la publicidad y de los actos de consumo entre otros generando cambios radicales como el del ejemplo específico que da Munt (M/N P. 112) del "turista" tradicional que antes consumía rayos de sol, playa y lo pintoresco versus el "viajero" de ahora que explora, decodifica la cultura local, revisa los vestigios mayas acompañado por lecturas eruditas, relatos de ficción, películas, bandas sonoras, el pensamiento mestizo y el subcomandante Marcos. Las aproximaciones a diferentes discursos se han modificado debido a los estudios culturales y han convertido convertido al mundo según Mattelart y Neveu en un "(...) collage de discursos y préstamos culturales." (M/N P. 112)

Esta expansión de lo cultural tuvo un enorme éxito en Estados Unidos, Australia y Asia y presentó una oposición en Francia, Alemania y Rusia. En Francia se aferraron a la lengua francesa en las universidades y llevaron a cabo un análisis de la cultura de masas en la revista Communications en la cual participan Morin, Metz y Barthes quienes según los autores de este texto desarrollaron una sociología de la lectura. También mencionaron que que Bourdieu, después de traducir a Hoggart, publica en la revista Actes de la recherche en sciences sociales (1975) en donde discute sobre las culturas populares también llamadas en aquél entonces ilegítimas como la fotografía, las novelas populares y las historietas. Los británicos se interesan en la investigación sobre las ciencias de la información y la comunicación como disciplinas y fundan la revista French Cultural Studies.

La investigación Latinoamericana sobre culturas populares contemporáneas también se instituye durante los ochentas con autores como Barbero, Canclini, Ortiz y González entre otros. Los cuatro construyeron su propio marco teórico basándose principalmente de tradiciones francesas e italianas:  Ricoeur, Bourdieu y Cirsese. Algunos investigadores latinoamericanos se vieron obligados a cambiar a ciertas temáticas como el consumo o la identidad debido a los regímenes autoritarios, en vez de publicar sobre las estructuras de poder, los movimientos sociales y la concentración de los medios. Irónicamente, los Latin American Cultural Studies se llevaron a cabo principalmente por universitarios estadounidenses que trabajaban el tema de Latinoamérica, respaldados por proyectos financiados. El investigador británico Schlesinger es uno de los pocos que se da cuenta de esto y crea un espacio de encuentro entre los investigadores latinoamericanos y británicos.

M y N mencionan que en los años ochenta la evolución de los estudios culturales sufren una disasociación de lo político en cuanto los investigadores adoptan una postura demasiado académica, convirtiendo el trabajo crítico en superfluo.
Los autores señalan que el caso es particularmente crítico entre los intelectuales estadounidenses pues desde Regan y su revolución conservadora, el liberalismo económico y la fascinación por los simulacros, estos se encuentran dentro de una impotencia temporal. (M/N P. 130)
Tod Gitlin propone que "(...) unos estudios culturales atemperados y realistas deberían abandonar su pretensión de ser política, de confundir la universidad con la sociedad en su conjunto." (M/N P. 131)

"El trabajo como investigador universitario no es hacer política, es investigar lo que queda por explorar y cambiar en el mundo." (M/N P. 131).

Otra cuestión que también ha producido un impacto radical en los estudios culturales según M y N es el  linguistic turn. El lenguaje ha revalorizado la publicidad y los mensajes mediáticos, los discursos silenciosos simbólicos como se les conoce y en los que nos encontramos inmersos. Este momento ligüístico  reconduce todo los social a un texto, todo es un discurso.

"La crisis de los estudios culturales también es una consecuencia de su desarrollo demográfico." (M/N P. 135). Con esta frase inician los autores la conclusión del capítulo 4 de este texto. Otra causa que ha provocado la crisis de los estudios culturales es que los investigadores provienen de formaciones humanistas como lenguas, literatura y filosofía y consideran por lo tanto los textos de ciencias sociales como objetos de exégesis en vez de tomarlos como herramientas de investigación debido a su conocimiento superficial en el campo de la ciencias sociales. Cada vez existen menos investigación y más experiencias personales combinadas a veces con ostentosas referencias de teóricos franceses.
Otra causa de crisis es que debido a la proliferación de los estudios culturales, existen miles de especialistas en este campo diseminados por todo el planeta y eso hace que surjan nuevas microcomunidades con temas cada vez más especializados restringiéndose a sí mismas. Antes existían temas comunes e interrogantes compartidas.y según M y N, esto permitía que a través de la investigación se contruibuyera a un a conocimiento acumulativo, en cambio ahora cada quien construye su propio corpus de texto. Finalmente los autores proponen que para que los estudios culturales salgan de la crisis, estos tienen que volver a plantearse las preguntas de los setentas:
¿Dónde se encuentran actualmente las conexiones interdisciplinarias productivas?
¿Cómo puede convertirse el compromiso en un motor y no en una amenaza para el trabajo intelectual?
Y además, habría que preguntarse sobre cambios actuales en la economía, y el estatus de lo cultural. (M/N P. 135)