Fissures in the Mediascape
CHAPTER 1
From
Alternative Media to Citizen´s Media CLEMENCIA RODRÍGUEZ
Reconstrucción hermenéutica.
Clemencia
dice haber participado activamente en experiencias de medios alternativos, la
primera vez que se interesó, fue a través de NWICO New World Information and
Communication Order, cuyo propósito era el de balancear el flujo de
comunicación y de información, este proyecto de la UNESCO quería alcanzar esta
meta a través de la colocación de medios electrónicos en las manos de
ciudadanos y comunidades que no habían tenido acceso con anterioridad a estos. La
finalidad era que estos medios alternativos alterarían entonces la ecuación
entre las corporaciones poderosas de medios transnacionales y las audiencias
sin poder.
Clemencia descubrió que estos
productores de medios alternativos se transformaban al cuestionar las bases
sociológicas y psicológicas existenciales establecidas. El producir mensajes a
través de medios alternativos implica el tener la oportunidad de crear una
imagen propia de sí mismo y de su entorno. Implica el poder recodificar su
propia identidad a través de signos y códigos elegidos por ellos mismos
perturbando la aceptación tradicional impuesta por fuentes exteriores. Implica
convertirse en su propio contador de cuentos recuperando su propia voz, implica
el reconstruir un autorretrato de su cultura y de su comunidad, implica
explorar las posibilidades infinitas de su propio cuerpo, rostro, expresiones
faciales y lenguajes no verbales, implica el tomar su propio lenguaje tímido y
colocarlo en la esfera pública.
Los
códigos tradicionales pre-establecidos y las relaciones de poder fueron
trastornados. El punto de vista de hombres y de mujeres cambió radicalmente, de
receptores pasivos a mensajeros responsables por filtrar la información. Las
relaciones entre géneros como la subordinación de las mujeres a los hombres se
alteró notablemente.
Cuando Clemencia trató de
conceptualizar toda esta cuestión se dio cuenta de que los marcos teóricos y los
conceptos utilizados por los estudiosos de los medios y de las comunicaciones
alternativas eran demasiado reducidos para abarcar estas experiencias ricas
vividas por los involucrados.
Clemencia decide implementar una visión teórica desde una perspectiva
feminista relacionada con “la democracia y la política de cambio”
desarrollada por Mouffe y McClure. Ellas proponen una nueva visión teórica del
sujeto político, de la acción política y del ciudadano. Esta teoría de
democracia radical es un intento por desarrollar conceptualizaciones no
esencialistas y dinámicas de cómo repensar la política y el cambio social. Este
capítulo trata básicamente de cómo esta teoría de democracia radical ofrece un
marco teórico y original para poder capturar las experiencias vividas de los
medios alternativos.
Punto de
partida: El reporte McBride
La década de los 70 se caracteriza por intensos
disturbios en el mundo internacional de la comunicación. En la UNESCO
representantes de los países tercermundistas presentaron un escenario de injusticias
en la comunicación. El flujo de la comunicación de países del primer mundo a
países del tercer mundo era 10 veces mayor y de un país tercermundista a otro,
prácticamente inexistente. Además este tráfico de comunicación estaba
controlado por unas pocas corporaciones transnacionales de EU, Japón y Europa
Occidental. (Mattelart) La mayoría de las noticias que circulaba a través de
los medios eran producidas por países primermundistas incluyendo las noticias
de los países tercermundistas. Los reporteros internacionales del primer mundo
reportaban objetivamente el mundo subdesarrollado desde una perspectiva muy
limitada, haciendo siempre alusión a su retraso, a su salvajez , a su violencia
y a su pobreza. Por lo mismo el tercer mundo siempre aparecía en las noticias
así. Irónicamente los países tercermundistas también consumían esa misma imagen
de ellos. Además la prioridad de las noticias se le concedía siempre al primer
mundo. Se propuso el establecimiento de agencias de imprenta en los países
tercermundistas, esto se realizó pero estas agencias nunca pudieron competir
con las empresas del primer mundo. Así mismo la televisión no pudo producir
programas de calidad tecnológica comparable, por lo mismo, los países del
tercer mundo siguieron consumiendo productos de los medios que reflejaban la
cultura y los valores estadounidenses,
erosionando al mismo tiempo su identidad nacional. Se transformaron en
entidades alienadas sin una idea clara de quienes eran y hacia adónde querían
ir. ( A excepción de las industrias cinematográficas mexicanas y argentinas).
Fue entonces cuando en 1980 la UNESCO propuso la democratización de la
comunicación expuesta en el reporte McBride.
Todas sus propuestas fallaron y el problema se agudizó, para los 80´s y 90´s
menos de 20 gigantes tenían el control de las comunicaciones globales. En 1981
se publicó en México Comunicación
Alternativa y Cambio Social en donde estudiosos latinoamericanos publicaron
el potencial alternativo de los medios para desbalancear las comunicaciones transnacionales
y el imperialismo cultural a través de grupos populares que establecieran su
propio centro de medios a pequeña escala
para además de proveer a las audiencias con información alternativa,
irían en contra del flujo dominante de los medios masivos. Se les veía como la
panacea de la comunicación horizontal en donde tanto remitentes como receptores
compartirían un acceso equitativo al poder de la comunicación. Mattelart (1992)
hizo un llamado a que las dimensiones locales se opongan al centralismo. Lo
ordinario en oposición al
sensacionalismo. Las acciones modestas como parte de un plan coherente
con una estrategia de “saltos de rana”.
El poder abrumador que tienen los controladores del
mercado de la comunicación afecta a todas las sociedades y culturas. El primer
mundo ve los medios alternativos como un movimiento para defender la calidad de
vida asediada por la expansión transnacional del capitalismo, una vida
determinada sin posibilidad de ser vivida fuera del orden del mercado legal de
costo y de beneficio. (Reyes Matta) Bajo este marco teórico nuevo, los medios
alternativos fueron concebidos como el nuevo campo de batalla desde donde un
nuevo orden de comunicaciones emergería. Según Reyes Matta, “el espiral
alternativo construye una dinámica de progreso hacia un tiempo en el que los
movimientos sociales y populares que hoy se encuentran en desventaja, llegarán
a ser hegemónicos.” El debate alrededor de los medios alternativos implicarían
una relocalización del debate sobre la democratización de la comunicación
utilizando los medios de modo diferente según sus necesidades. Según Kellner
que la teorización de la democratización de la comunicación se ha quedado
atrapada dentro de una visión de política y democracia engarzada en las grandes
narrativas de emancipación y de conceptos esencialistas de poder, ciudadanía y
acción política.
Teorizando
los medios alternativos
Históricamente las corporaciones de medios masificados
se localizan en el campo de poder mientras que los grupos indígenas, las minorías
étnicas y los habitantes del tercer mundo se encuentran en el campo sin poder.
El pertenecer a cualquiera de estos campos, el ser poderoso o no, se convierte
en una característica innata, en un rasgo de la naturaleza del sujeto, por lo
mismo, las iniciativas de medios alternativos están en crisis en cuanto a
credibilidad y vulnerabilidad. Mattelart declara al video alternativo como una
“ilusión fallida”. Según Mattelart, los activistas de la comunidad del video
soñaban que si transmitían utilizando las nuevas tecnologías balancearían la
disatribución lingüística dentro de la sociedad y del sistema de poder. El
problema fue que seguían impregnados poe el mito. (Mattelart/Piemme)
Tendrían
que empezar por aceptar que a lo que se le conoce como medios alternativos son
un conjunto de prácticas de medios heterogéneos desarrollados por diversos
grupos y organizaciones de diferentes contextos. Estos medios alternativos en
Latonoamérica son llevados a cabvo por un grupo social variado, grupos de
mijeres, minorías étnicas,, asociaciones de colonos, etc. Esta diversidad tiene
un potencial muy rico pero es visto como una limitación, se les acusa de ser
dispersos o de estar fragmentados. Su potencial se reconocería si lograran
superar esta fragmentación para poder unir fuerzas. Paiva declara que la
finalidad de los medios alternativos es la de construir una nueva hegemonía.
Después
de estudiar 22 proyectos, O´Sullivan llegó a la conclusión de que los medios
alternativos no tienen un impacto real en el sistema actual de comunicación
nacional. Se les llamó “the other media” o “the marginal media” en oposición al
“big mainstream mass media” o al “central mass media” comparándolos a través de
categorías binarias a pesar de varias propuestas que se hicieron promoviendo
todo su potencial.
Una
propuesta interesante como excepción al tipo de análisis de medios alternativos
basados en las categorías binarias es la de John Downing Radical Media
(1984). En este texto él propone cuatro guías para repensar la democracia de
los medios.
1.
La necesidad de
reconocer la opresión como una realidad heterogénea y fragmentada.
2.
La necesidad de
construir vínculos laterales entre movimientos fragmentados en contra de la
opresión.
3.
La necesidad de
visualizar la lucha en contra de la opresión en términos de movimientos y no
como instituciones.
4.
La necesidad de
pensar la liberación como un proceso diario que trastorna realidades
inmediatas.
El punto uno sugiere que a la
opresión como fenómeno social, le falta continuidad. Habría que cambiar el
concepto de opresión como realidad estática con una esencia inmutable. El punto
tres evoca la idea de resistencia como movimiento, un fenómeno de flujo que
escapa todo intento de ser atrapado en un sujeto social específico, una clase
social, una minoría étnica, etc. El análisis de Downing apunta a una revisión
de anarquismo feminista como contribución potencial al desarrollo de
exploraciones contemporáneas de cuestiones de poder y de cambio social.
En
la segunda edición de Radical Media
(2000) el autor integra una variedad de conceptos prometedores y de teorías.
Downing va mucho más allá de cultura popular, reúne a escuelas de pensamiento
tan diversas como las teorías de cultura popular(Horkheimer, Adorno y Barbero),
estudios de audiencia (Radaway, Fiske), teorías de hegemonía y resistencia
(Gramsci, Scott), análisis marxistas de clases y teorías de movimientos
sociales (Touraine), teorías de la concientización (Freire) e ideas de
discursos cotidianos (Bakhtin), teorías de la comunicación y democracia
(Williams, Carey y Schudson), exploraciones en medios interactivos (Benjamin y
Brecht) y por último, las vanguardias surrealistas y dadaístas. Todo esto dio
como resultado una caja de herramientas conceptual y poderosa disponible para
los académicos y activistas de los medios en un intento por explorar y entender
los medios alternativos.
Otro
intento por liberar los medios alternativos de las categorías binarias
esencialistas es el de Huesca y Dervin
quienes proponen a García Canclini
con sus ideas sobre “culturas híbridas” y a Barbero con sus temas sobre
“mestizaje” y “culturas populares”. Más adelante Huesca y Dervin proponen un
método llamado “Verbing” o “Sense-making”. Para ellos la realidad se encuentra
en un lugar entre el orden y el caos, habría que entender la realidad como algo
siempre en proceso, por lo mismo las teorías y los conceptos siempre estarían
también en proceso, creando diálogos de conocimiento. Los sujetos también se
encuentran de acuerdo a esta propuesta en constante movimiento entre el orden y
el caos, tratando de encajar en la cultura, en la sociedad y a veces hasta
resistiendo, reconfigurando nociones preconcebidas, obligando a los
practicantes a buscar diferentes fuentes, a actuar por intuición y a actuar de
manera adecuada de acuerdo a cada situación específica.
Clemencia
se pregunta en su texto, ¿qué pasaría si cambiamos el ángulo bajo el cual
miramos a los medios alternativos? Como por ejemplo, el cambiar de manera
radical el concepto de poder, ¿cómo nos afecta? ¿Cómo funciona? El abrirnos más
a múltiples flujos de relaciones de poder, el cambiar constantemente las
ecuaciones de poder en una reconstitución permanente, es lo mismo que sucede en
las comunidades que desarrollan los medios alternativos en donde a veces un
individuo es poderoso y a veces pierde todo su poder, estos cambios se realizan
en la vida diaria. El poder se activa dependiendo de las relaciones en las que
participamos. Las identidades también van cambiando, más como fuerzas que como
esencias. Es en la cotidianidad donde los productores de medios alternativos
tienen que identificar los encuentros dinámicos poderosos de lo rural y lo
urbano, de el hombre y la mujer, del adulto y del joven, de lo local y lo
global pero sin permitir que su visión se empañe por términos impuestos por
agentes políticos con visión homogénea.
De medios alternativos a medios ciudadanos
Para Mouffe (1992), quien
concibe a los sujetos sociales con identidades múltiples y heterogéneas, el concepto de ciudadano equivale al concepto
de subjetividades múltiples, el ciudadano no visto desde el punto de vista
legal sino como forma de identificación, una especie de identidad política que
puede ser construida. Los ciudadanos no nacen ciudadanos, no son pasivos, al
contrario, su naturaleza es activa. Al participar en acciones que modifican su
identidad, la de los demás y su entorno social, ellos producen poder al
contribuir a la teoría de la democracia social.
Wolin
coincide con Mouffe y subraya la importancia del empoderamiento y los lugares
en donde ese empoderamiento ciudadano sucede. Afirma que el poder no es
simplemente una fuerza que se genere, es experiencia, sensibilidad, sabiduría,
y melancolía destilada del contacto producido por las relaciones. El ciudadano
participa en la transformación de códigos simbólicos, legitima identidades
históricas y establece relaciones sociales tradicionales. Para romper con el
pensamiento binario limitante de mainstream
media / alternative media la autora propone cambiar el término de medios
alternativos a medios ciudadanos. Este último implica una intervención
colectiva activa para establecer un panorama de medios, además, estos medios
tienen que responder a códigos sociales, identidades legitimadas y relaciones
sociales institucionalizadas. Por otra parte, estas prácticas comunicativas le
dan poder a la comunidad involucrada. Según Mouffe, una comunidad puede ser
oprimida no solo a través de fuerza laboral sino por la imposición de sistemas
simbólicos. Por lo mismo, las luchas democráticas deben de ser entendidas como
procesos de cambio que incluyen prácticas de disenso en el terreno de lo
simbólico, como resistencia a lo homogéneo, deben de reafirmar siempre sus
diferencias. Esto constituiría básicamente las políticas de la cotidianidad,
todas las dimensiones de lo cotidiano se convierten en un potencial para
impugnaciones sociales. Las prácticas cotidianas se convierten en acciones
políticas, dicho de otra manera, los códigos culturales se han convertido en
“objetos políticos de lucha” (McLure 1992). El poder sucede entonces en lo
cotidiano y lo que hace que los medios ciudadanos sean fascinantes es como
agitan el poder en movimientos caleidoscópicos que desaparecen casi después de
haber surgido.
La metáfora de pantano
Estos ciclos que surgen y
desaparecen con tanta rapidez no dejan logros específicos y por lo mismo se les
descarta por no poder contribuir a la construcción de la democracia. Esto
sucede porque los estudios de medios ciudadanos que se hacen son lineales en
vez de buscar una multitud de pequeñas fuerzas que surgen como burbujas en un
pantano vivo. Por lo mismo la aproximación a la comunicación democrática
debería de ser como a un ser viviente que se contrae y se expande en su propio
ritmo vital, ritmos que tienen muy poco en común con lo lineal y con procesos
racionales. En vez de ver a la democracia como finalidad, se le debe de ver - según Clemencia basándose en las propuestas de McClure
- como las fuerzas democráticas y las no democráticas
están siendo renegociadas y fortalecidas constantemente por los medios ciudadanos.
McClure propone captar las acciones políticas como un reclamo histórico. Los
reclamos no son estáticos, siguen los movimientos de un sujeto social
cambiante. Será necesario reconocerlo en estas reconfiguraciones contingentes.
Lo que se necesita entonces es que los académicos de las comunicaciones cambien
de perspectiva para poder entender los medios ciudadanos.
Querida May.
ResponderEliminarMe encantó la prosa que utilizaste para describir el trabajo de Clemencia Rodríguez. Me preguntó si estarás de acuerdo con su visión de los medios alternativos para emplearlos de alguna manera a los movimientos de artes plásticas. Ya que parece haber cabida para tantos grupos de personas ¿Piensas que hay un espacio, o que es necesario un espacio para las artes dentro de los medios alternativos?
Atte.
Alfonso Gómez Rossi
Hola, ¿cómo puedo conseguir el libro de Clemencia R.?
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