lunes, 22 de octubre de 2012

Fissures in the Mediascape Chapter I


Fissures in the Mediascape


CHAPTER 1
From Alternative Media to Citizen´s Media          CLEMENCIA RODRÍGUEZ
Reconstrucción hermenéutica.
                  Clemencia dice haber participado activamente en experiencias de medios alternativos, la primera vez que se interesó, fue a través de NWICO New World Information and Communication Order, cuyo propósito era el de balancear el flujo de comunicación y de información, este proyecto de la UNESCO quería alcanzar esta meta a través de la colocación de medios electrónicos en las manos de ciudadanos y comunidades que no habían tenido acceso con anterioridad a estos. La finalidad era que estos medios alternativos alterarían entonces la ecuación entre las corporaciones poderosas de medios transnacionales y las audiencias sin poder.
Clemencia descubrió que estos productores de medios alternativos se transformaban al cuestionar las bases sociológicas y psicológicas existenciales establecidas. El producir mensajes a través de medios alternativos implica el tener la oportunidad de crear una imagen propia de sí mismo y de su entorno. Implica el poder recodificar su propia identidad a través de signos y códigos elegidos por ellos mismos perturbando la aceptación tradicional impuesta por fuentes exteriores. Implica convertirse en su propio contador de cuentos recuperando su propia voz, implica el reconstruir un autorretrato de su cultura y de su comunidad, implica explorar las posibilidades infinitas de su propio cuerpo, rostro, expresiones faciales y lenguajes no verbales, implica el tomar su propio lenguaje tímido y colocarlo en la esfera pública.
                  Los códigos tradicionales pre-establecidos y las relaciones de poder fueron trastornados. El punto de vista de hombres y de mujeres cambió radicalmente, de receptores pasivos a mensajeros responsables por filtrar la información. Las relaciones entre géneros como la subordinación de las mujeres a los hombres se alteró notablemente.
Cuando Clemencia trató de conceptualizar toda esta cuestión se dio cuenta de que los marcos teóricos y los conceptos utilizados por los estudiosos de los medios y de las comunicaciones alternativas eran demasiado reducidos para abarcar estas experiencias ricas vividas por los involucrados.
Clemencia decide implementar una visión teórica desde una perspectiva feminista relacionada con  la democracia y la política de cambio” desarrollada por Mouffe y McClure. Ellas proponen una nueva visión teórica del sujeto político, de la acción política y del ciudadano. Esta teoría de democracia radical es un intento por desarrollar conceptualizaciones no esencialistas y dinámicas de cómo repensar la política y el cambio social. Este capítulo trata básicamente de cómo esta teoría de democracia radical ofrece un marco teórico y original para poder capturar las experiencias vividas de los medios alternativos.

Punto de partida: El reporte McBride
La década de los 70 se caracteriza por intensos disturbios en el mundo internacional de la comunicación. En la UNESCO representantes de los países tercermundistas presentaron un escenario de injusticias en la comunicación. El flujo de la comunicación de países del primer mundo a países del tercer mundo era 10 veces mayor y de un país tercermundista a otro, prácticamente inexistente. Además este tráfico de comunicación estaba controlado por unas pocas corporaciones transnacionales de EU, Japón y Europa Occidental. (Mattelart) La mayoría de las noticias que circulaba a través de los medios eran producidas por países primermundistas incluyendo las noticias de los países tercermundistas. Los reporteros internacionales del primer mundo reportaban objetivamente el mundo subdesarrollado desde una perspectiva muy limitada, haciendo siempre alusión a su retraso, a su salvajez , a su violencia y a su pobreza. Por lo mismo el tercer mundo siempre aparecía en las noticias así. Irónicamente los países tercermundistas también consumían esa misma imagen de ellos. Además la prioridad de las noticias se le concedía siempre al primer mundo. Se propuso el establecimiento de agencias de imprenta en los países tercermundistas, esto se realizó pero estas agencias nunca pudieron competir con las empresas del primer mundo. Así mismo la televisión no pudo producir programas de calidad tecnológica comparable, por lo mismo, los países del tercer mundo siguieron consumiendo productos de los medios que reflejaban la cultura y los valores  estadounidenses, erosionando al mismo tiempo su identidad nacional. Se transformaron en entidades alienadas sin una idea clara de quienes eran y hacia adónde querían ir. ( A excepción de las industrias cinematográficas mexicanas y argentinas). Fue entonces cuando en 1980 la UNESCO propuso la democratización de la comunicación expuesta en el reporte McBride. Todas sus propuestas fallaron y el problema se agudizó, para los 80´s y 90´s menos de 20 gigantes tenían el control de las comunicaciones globales. En 1981 se publicó en México Comunicación Alternativa y Cambio Social en donde estudiosos latinoamericanos publicaron el potencial alternativo de los medios para desbalancear las comunicaciones transnacionales y el imperialismo cultural a través de grupos populares que establecieran su propio centro de medios a pequeña escala  para además de proveer a las audiencias con información alternativa, irían en contra del flujo dominante de los medios masivos. Se les veía como la panacea de la comunicación horizontal en donde tanto remitentes como receptores compartirían un acceso equitativo al poder de la comunicación. Mattelart (1992) hizo un llamado a que las dimensiones locales se opongan al centralismo. Lo ordinario en oposición al  sensacionalismo. Las acciones modestas como parte de un plan coherente con una estrategia de “saltos de rana”.
El poder abrumador que tienen los controladores del mercado de la comunicación afecta a todas las sociedades y culturas. El primer mundo ve los medios alternativos como un movimiento para defender la calidad de vida asediada por la expansión transnacional del capitalismo, una vida determinada sin posibilidad de ser vivida fuera del orden del mercado legal de costo y de beneficio. (Reyes Matta) Bajo este marco teórico nuevo, los medios alternativos fueron concebidos como el nuevo campo de batalla desde donde un nuevo orden de comunicaciones emergería. Según Reyes Matta, “el espiral alternativo construye una dinámica de progreso hacia un tiempo en el que los movimientos sociales y populares que hoy se encuentran en desventaja, llegarán a ser hegemónicos.” El debate alrededor de los medios alternativos implicarían una relocalización del debate sobre la democratización de la comunicación utilizando los medios de modo diferente según sus necesidades. Según Kellner que la teorización de la democratización de la comunicación se ha quedado atrapada dentro de una visión de política y democracia engarzada en las grandes narrativas de emancipación y de conceptos esencialistas de poder, ciudadanía y acción política.

Teorizando los medios alternativos
Históricamente las corporaciones de medios masificados se localizan en el campo de poder mientras que los grupos indígenas, las minorías étnicas y los habitantes del tercer mundo se encuentran en el campo sin poder. El pertenecer a cualquiera de estos campos, el ser poderoso o no, se convierte en una característica innata, en un rasgo de la naturaleza del sujeto, por lo mismo, las iniciativas de medios alternativos están en crisis en cuanto a credibilidad y vulnerabilidad. Mattelart declara al video alternativo como una “ilusión fallida”. Según Mattelart, los activistas de la comunidad del video soñaban que si transmitían utilizando las nuevas tecnologías balancearían la disatribución lingüística dentro de la sociedad y del sistema de poder. El problema fue que seguían impregnados poe el mito. (Mattelart/Piemme)
                  Tendrían que empezar por aceptar que a lo que se le conoce como medios alternativos son un conjunto de prácticas de medios heterogéneos desarrollados por diversos grupos y organizaciones de diferentes contextos. Estos medios alternativos en Latonoamérica son llevados a cabvo por un grupo social variado, grupos de mijeres, minorías étnicas,, asociaciones de colonos, etc. Esta diversidad tiene un potencial muy rico pero es visto como una limitación, se les acusa de ser dispersos o de estar fragmentados. Su potencial se reconocería si lograran superar esta fragmentación para poder unir fuerzas. Paiva declara que la finalidad de los medios alternativos es la de construir una nueva hegemonía.
                  Después de estudiar 22 proyectos, O´Sullivan llegó a la conclusión de que los medios alternativos no tienen un impacto real en el sistema actual de comunicación nacional. Se les llamó “the other media” o “the marginal media” en oposición al “big mainstream mass media” o al “central mass media” comparándolos a través de categorías binarias a pesar de varias propuestas que se hicieron promoviendo todo su potencial.
                  Una propuesta interesante como excepción al tipo de análisis de medios alternativos basados en las categorías binarias es la de John Downing Radical Media (1984). En este texto él propone cuatro guías para repensar la democracia de los medios.
1.      La necesidad de reconocer la opresión como una realidad heterogénea y fragmentada.
2.      La necesidad de construir vínculos laterales entre movimientos fragmentados en contra de la opresión.
3.      La necesidad de visualizar la lucha en contra de la opresión en términos de movimientos y no como instituciones.
4.      La necesidad de pensar la liberación como un proceso diario que trastorna realidades inmediatas.
El punto uno sugiere que a la opresión como fenómeno social, le falta continuidad. Habría que cambiar el concepto de opresión como realidad estática con una esencia inmutable. El punto tres evoca la idea de resistencia como movimiento, un fenómeno de flujo que escapa todo intento de ser atrapado en un sujeto social específico, una clase social, una minoría étnica, etc. El análisis de Downing apunta a una revisión de anarquismo feminista como contribución potencial al desarrollo de exploraciones contemporáneas de cuestiones de poder y de cambio social.
         En la segunda edición de Radical Media (2000) el autor integra una variedad de conceptos prometedores y de teorías. Downing va mucho más allá de cultura popular, reúne a escuelas de pensamiento tan diversas como las teorías de cultura popular(Horkheimer, Adorno y Barbero), estudios de audiencia (Radaway, Fiske), teorías de hegemonía y resistencia (Gramsci, Scott), análisis marxistas de clases y teorías de movimientos sociales (Touraine), teorías de la concientización (Freire) e ideas de discursos cotidianos (Bakhtin), teorías de la comunicación y democracia (Williams, Carey y Schudson), exploraciones en medios interactivos (Benjamin y Brecht) y por último, las vanguardias surrealistas y dadaístas. Todo esto dio como resultado una caja de herramientas conceptual y poderosa disponible para los académicos y activistas de los medios en un intento por explorar y entender los medios alternativos.
         Otro intento por liberar los medios alternativos de las categorías binarias esencialistas es el de Huesca y Dervin quienes proponen a García Canclini con sus ideas sobre “culturas híbridas” y a Barbero con sus temas sobre “mestizaje” y “culturas populares”. Más adelante Huesca y Dervin proponen un método llamado “Verbing” o “Sense-making”. Para ellos la realidad se encuentra en un lugar entre el orden y el caos, habría que entender la realidad como algo siempre en proceso, por lo mismo las teorías y los conceptos siempre estarían también en proceso, creando diálogos de conocimiento. Los sujetos también se encuentran de acuerdo a esta propuesta en constante movimiento entre el orden y el caos, tratando de encajar en la cultura, en la sociedad y a veces hasta resistiendo, reconfigurando nociones preconcebidas, obligando a los practicantes a buscar diferentes fuentes, a actuar por intuición y a actuar de manera adecuada de acuerdo a cada situación específica.
         Clemencia se pregunta en su texto, ¿qué pasaría si cambiamos el ángulo bajo el cual miramos a los medios alternativos? Como por ejemplo, el cambiar de manera radical el concepto de poder, ¿cómo nos afecta? ¿Cómo funciona? El abrirnos más a múltiples flujos de relaciones de poder, el cambiar constantemente las ecuaciones de poder en una reconstitución permanente, es lo mismo que sucede en las comunidades que desarrollan los medios alternativos en donde a veces un individuo es poderoso y a veces pierde todo su poder, estos cambios se realizan en la vida diaria. El poder se activa dependiendo de las relaciones en las que participamos. Las identidades también van cambiando, más como fuerzas que como esencias. Es en la cotidianidad donde los productores de medios alternativos tienen que identificar los encuentros dinámicos poderosos de lo rural y lo urbano, de el hombre y la mujer, del adulto y del joven, de lo local y lo global pero sin permitir que su visión se empañe por términos impuestos por agentes políticos con visión homogénea.

De medios alternativos a medios ciudadanos
Para Mouffe (1992), quien concibe a los sujetos sociales con identidades múltiples y heterogéneas,  el concepto de ciudadano equivale al concepto de subjetividades múltiples, el ciudadano no visto desde el punto de vista legal sino como forma de identificación, una especie de identidad política que puede ser construida. Los ciudadanos no nacen ciudadanos, no son pasivos, al contrario, su naturaleza es activa. Al participar en acciones que modifican su identidad, la de los demás y su entorno social, ellos producen poder al contribuir a la teoría de la democracia social.
         Wolin coincide con Mouffe y subraya la importancia del empoderamiento y los lugares en donde ese empoderamiento ciudadano sucede. Afirma que el poder no es simplemente una fuerza que se genere, es experiencia, sensibilidad, sabiduría, y melancolía destilada del contacto producido por las relaciones. El ciudadano participa en la transformación de códigos simbólicos, legitima identidades históricas y establece relaciones sociales tradicionales. Para romper con el pensamiento binario limitante de mainstream media / alternative media la autora propone cambiar el término de medios alternativos a medios ciudadanos. Este último implica una intervención colectiva activa para establecer un panorama de medios, además, estos medios tienen que responder a códigos sociales, identidades legitimadas y relaciones sociales institucionalizadas. Por otra parte, estas prácticas comunicativas le dan poder a la comunidad involucrada. Según Mouffe, una comunidad puede ser oprimida no solo a través de fuerza laboral sino por la imposición de sistemas simbólicos. Por lo mismo, las luchas democráticas deben de ser entendidas como procesos de cambio que incluyen prácticas de disenso en el terreno de lo simbólico, como resistencia a lo homogéneo, deben de reafirmar siempre sus diferencias. Esto constituiría básicamente las políticas de la cotidianidad, todas las dimensiones de lo cotidiano se convierten en un potencial para impugnaciones sociales. Las prácticas cotidianas se convierten en acciones políticas, dicho de otra manera, los códigos culturales se han convertido en “objetos políticos de lucha” (McLure 1992). El poder sucede entonces en lo cotidiano y lo que hace que los medios ciudadanos sean fascinantes es como agitan el poder en movimientos caleidoscópicos que desaparecen casi después de haber surgido.

La metáfora de pantano
Estos ciclos que surgen y desaparecen con tanta rapidez no dejan logros específicos y por lo mismo se les descarta por no poder contribuir a la construcción de la democracia. Esto sucede porque los estudios de medios ciudadanos que se hacen son lineales en vez de buscar una multitud de pequeñas fuerzas que surgen como burbujas en un pantano vivo. Por lo mismo la aproximación a la comunicación democrática debería de ser como a un ser viviente que se contrae y se expande en su propio ritmo vital, ritmos que tienen muy poco en común con lo lineal y con procesos racionales. En vez de ver a la democracia como finalidad, se le debe de ver - según Clemencia basándose en las propuestas de McClure - como las fuerzas democráticas y las no democráticas están siendo renegociadas y fortalecidas constantemente por los medios ciudadanos. McClure propone captar las acciones políticas como un reclamo histórico. Los reclamos no son estáticos, siguen los movimientos de un sujeto social cambiante. Será necesario reconocerlo en estas reconfiguraciones contingentes. Lo que se necesita entonces es que los académicos de las comunicaciones cambien de perspectiva para poder entender los medios ciudadanos.

2 comentarios:

  1. Querida May.
    Me encantó la prosa que utilizaste para describir el trabajo de Clemencia Rodríguez. Me preguntó si estarás de acuerdo con su visión de los medios alternativos para emplearlos de alguna manera a los movimientos de artes plásticas. Ya que parece haber cabida para tantos grupos de personas ¿Piensas que hay un espacio, o que es necesario un espacio para las artes dentro de los medios alternativos?
    Atte.
    Alfonso Gómez Rossi

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  2. Hola, ¿cómo puedo conseguir el libro de Clemencia R.?

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